Sus causas y consecuencias, y cómo se diagnostica y trata.
La somnolencia excesiva durante las horas de vigilia, también conocida como somnolencia diurna, puede ser una señal de advertencia de mala calidad del sueño, trastornos del sueño u otras afecciones de salud. Aunque no es un trastorno en sí mismo, la somnolencia diurna excesiva es algo que se debe tomar en serio. Es importante reconocer los signos de somnolencia diurna excesiva para identificar y remediar adecuadamente la causa.
¿Qué es la somnolencia diurna excesiva?
La somnolencia diurna excesiva se define como dificultad para mantenerse despierto o alerta, o un mayor deseo de dormir durante el día. La sensación de somnolencia puede ser más intensa cuando se está sentado, como cuando se conduce o se está sentado en el trabajo. Aunque es normal sentir sueño de vez en cuando después de haber dormido poco, los ataques repetidos de somnolencia se consideran somnolencia diurna excesiva cuando esto ocurre casi todos los días durante al menos tres meses.
Es fácil confundir somnolencia con fatiga, ya que ambas afecciones se caracterizan por la falta de energía y pueden surgir en circunstancias similares, como estar despierto por períodos prolongados. La principal diferencia es que las personas con fatiga pueden permanecer despiertas a pesar de sentirse cansadas y letárgicas. También es posible experimentar fatiga y somnolencia simultáneamente. La somnolencia diurna excesiva afecta hasta al 25% de la población estadounidense, y algunas investigaciones sugieren que la prevalencia de la afección ha aumentado con el tiempo. Sin embargo, existen diferentes definiciones de somnolencia excesiva, que pueden afectar su prevalencia estimada.
Síntomas de somnolencia excesiva
El sueño juega un papel importante en la consolidación de la memoria, la restauración del sistema inmunológico y otros procesos vitales. Como resultado, la falta de sueño de calidad puede provocar una serie de síntomas que pueden no estar relacionados inmediatamente con el sueño.
Incluso si no siente sueño conscientemente, es posible que esté sufriendo somnolencia excesiva si experimenta alguno de los siguientes síntomas:
- Problemas para mantenerse alerta
- Sentimientos de irritación
- Problemas de memoria
- Problemas para concentrarse
- Dificultad para retener nuevos conceptos.
- Dificultad para tomar decisiones.
- Tiempos de reacción más lentos
- Comportamientos de riesgo
Consecuencias de la somnolencia diurna
Tener sueño puede tener efectos de amplio alcance en la salud y la vida diaria. Las consecuencias de la somnolencia diurna incluyen:
- Mayor riesgo de accidentes automovilísticos y laborales.
- Disminución de la productividad laboral o del rendimiento académico.
- Peor calidad de vida
- Problemas para regular el estado de ánimo y las emociones.
- Problemas sociales y de relación.
La somnolencia excesiva puede ser particularmente peligrosa para los adultos jóvenes, los trabajadores por turnos, el personal médico y las personas que conducen durante períodos prolongados.
La falta de sueño a largo plazo se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar diabetes, obesidad, enfermedades cardíacas y otras afecciones crónicas. La somnolencia diurna en los niños puede afectar el desarrollo. En los adultos mayores, la somnolencia diurna aumenta el riesgo de caídas y puede ser un factor de riesgo de deterioro cognitivo, pérdida de memoria y mortalidad más temprana.
Causas de la somnolencia excesiva
Hay muchas causas posibles de somnolencia diurna excesiva. Uno de los más comunes es la falta crónica de sueño, ya sea por largas jornadas laborales, horario irregular, insomnio u otros motivos.
La somnolencia excesiva también puede deberse a un sueño fragmentado o de mala calidad. Despertarse varias veces por noche para ir al baño, por ejemplo, altera la progresión natural de las etapas del sueño y puede reducir la proporción de sueño reparador de ondas lentas. Fumar, no hacer suficiente ejercicio y otros hábitos de estilo de vida también pueden interferir con la calidad del sueño y provocar somnolencia diurna.
Muchas personas que experimentan somnolencia diurna excesiva no parecen tener problemas para dormir lo suficiente. En estos casos, la somnolencia puede ser un signo de un problema de salud subyacente o un trastorno del sueño.
Trastornos del sueño y la vigilia
Los trastornos del sueño, como la apnea obstructiva del sueño (AOS), el síndrome de piernas inquietas y el trastorno del movimiento periódico de las extremidades, son conocidos por provocar un sueño fragmentado. Estas condiciones pueden causar microdespertares que interrumpen el flujo del sueño, aunque es posible que las personas no se den cuenta de que tienen estos trastornos hasta que visitan a un médico del sueño o participan en un estudio del sueño.
Otros trastornos del sueño-vigilia influyen en los mecanismos neurológicos que regulan el ciclo del sueño. Se cree que afecciones como la narcolepsia y la hipersomnia idiopática influyen en las hormonas responsables de promover la vigilia, provocando somnolencia durante el día.
De manera similar, las personas con trastornos del ritmo circadiano experimentan una desconexión entre su reloj biológico interno y los momentos en que necesitan estar despiertos. Esta desconexión puede provocar tanto insomnio al intentar dormir como somnolencia excesiva al estar despierto.
Otras condiciones de salud
Las condiciones médicas crónicas y los trastornos de salud mental suelen ir acompañados de somnolencia diurna. Los culpables comunes incluyen depresión, ansiedad, esquizofrenia, lupus, enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, cáncer, dolor crónico y obesidad, e hipotiroidismo, entre otros.
Las condiciones de salud y los problemas de sueño suelen tener un efecto bidireccional. No dormir bien puede interferir con la recuperación y también puede predecir diagnósticos de problemas de salud como la enfermedad de Parkinson. Las nuevas investigaciones sugieren que la propensión a la somnolencia diurna puede incluso tener un componente genético.
Los medicamentos utilizados para tratar problemas de salud también pueden provocar somnolencia diurna como efecto secundario, al igual que sustancias como el alcohol o los narcóticos.